Paradojas de la sociedad de consumo
El comportamiento de la sociedad ha experimentado grandes cambios en las últimas décadas debido en gran parte a la continua evolución de la tecnología iniciada en la Revolución Industrial, y es en los últimos años en los que en mayor medida estamos notando esos avances en todos los campos, incluido en el consumo. Todo esto ha traído consigo que el consumo cambie sus modos de funcionamiento y tenga que adaptarse a las circunstancias de esta sociedad actual en constante cambio, pero no siempre de un modo éticamente correcto.
Mientras podemos pensar que el sistema actual es beneficioso porque a través del cual podemos satisfacer nuestros deseos y necesidades, su funcionamiento tiene una serie de efectos sobre la población que en algunos casos son muy negativos. Esto se debe a que la base de toda economía reside en la cifra de su Producto Interior Bruto, siendo el consumo una de las variables que forma esta cifra. Esto tiene la lógica consecuencia de que si el mercado vendiera unos productos de manera que satisfagan de manera plena las necesidades, la gente no tendría por qué volverse a plantear resolver esa necesidad. Por ello, cada vez con más frecuencia las empresas nos incitan a crearnos insatisfacción de una manera o de otra. Unas veces se produce con aparatos electrónicos que se quedan anticuados en muy poco tiempo, otras veces con productos realizados a propósito para que tengan una corta duración y otras por la influencia de las modas que hacen que las personas cambien su vestuario con relativa frecuencia, por ejemplo. Todo ello tiene como consecuencia que en realidad se está provocando de manera deliberada una insatisfacción permanente en la población, pero necesaria para el buen funcionamiento de la economía.
Una vez dicho esto, y al no pensar ya que la sociedad se rige por comportamientos beneficiosos para su población, resulta lógico pensar que algunos hechos que son negativos estén de alguna manera provocados por el marketing actual. Uno de estos hechos podría ser incentivar la ingesta de comidas que no son beneficiosas para la salud, y esto llevaría a la siguiente reflexión: ¿Qué ocurriría si la población mantuviese una dieta equilibrada? Habría muchos subsectores de la economía relacionados con este hecho que se verían seriamente perjudicados, como podría ser todo lo relativo al cuidado del cuerpo como los gimnasios, clínicas especializadas y claro está, muchos negocios del sector alimenticio.
Otro hecho paradójico es la lucha permanente que la sociedad mantiene para conservar un buen físico pero a la vez disfrutar de unos platos que provocan el efecto contrario. Esto unido a la influencia de los medios de comunicación en los que estamos acostumbrados a observar como ejemplo a seguir, una serie de estándares físicos, lleva a situaciones extremas como puede ser la anorexia o la bulimia.
Si seguimos en esta línea, podríamos suponer que a una sociedad de consumo le interesa un continuo cambio ya que una situación estable para las personas podría propiciar que no consumieran tanto como si no hubiera esa estabilidad. Pero lo que si tenemos constancia es de que ya ha habido una selección de personas que funcionarían mejor en esta sociedad de consumo. Esto hecho sería al fin y al cabo lógico teniendo en cuenta el último fin buscado: una mayor cifra de PIB.
En resumen, el sistema actual induce una serie de pautas de comportamiento por las que la sociedad se debe regir y en caso de obviar esas pautas puede tener como consecuencia quedar apartado de dicho sistema como norma general, ya que por ejemplo, gran parte de la población tiende a imitar comportamientos de su entorno por falta de personalidad.
Juan Antonio Corbalán Liarte
Descargar artículo «Paradojas de la sociedad de consumo». Juan Antonio Corbalán.
Artículo realizado el 8 de octubre de 2007 sobre el artículo «Consumidores en la sociedad moderna líquida. Vida líquida» de Zygmunt Bauman. Asignatura Psicosociología del Consumo de la Licenciatura de Investigación y Técnicas de Mercados de la Universidad de Granada.
